LA MADRE VACA.
Algunos informes consideran este credo como uno de los
factores principales de la pobreza y el hambre en la zona, al mermar la
eficiencia agrícola. Pero si observamos los datos sobre el ganado vacuno, vemos
que existen muy pocos bueyes, animal que junto con el búfalo de agua, son la
principal fuente de tracción para arar campos. La falta de tracción animal es
un grave peligro para las familias campesinas, que pueden perder sus
propiedades. Las vacas cebú paren bueyes, no están especializadas en la
fabricación de leche como las occidentales, aunque la que producen ayuda al
sustento de sus dueños. El sistema industrial hindú además consume muy poca
energía en comparación con las modernas agriculturas occidentales.
Por otro lado, se consigue un mayor aporte calórico cuando
se consumen directamente las plantas que a través del consumo de animales, y su
carne no se desperdicia pues existen castas inferiores que la consumen, una vez
muerta. No existe competencia con el hombre por el alimento, puesto que las
vacas consumen mayoritariamente desperdicios, convirtiendo artículos de poco
valor en productos de utilidad inmediata, como la leche.
El amor a las vacas ayuda a sobrevivir a los humanos en un
ecosistema de bajo consumo de energía, donde no existe margen para el
despilfarro. Así se demuestra que la India utiliza su ganado vacuno de forma
más eficaz que EE.UU., no porque los animales sean más productivos, sino porque
aprovechan todos sus productos.
Como conclusión final el tabú para Harris, sería un producto
de la selección natural que combate la tentación de vender o matar las vacas en
las épocas de sequía, pues aunque sobrevivan, las familias luego no podrán arar
sus campos. La supervivencia hasta la vejez de animales inútiles es el precio
que se paga por proteger animales útiles en épocas de penuria.
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