martes, 13 de noviembre de 2012

EL MÉTODO CIENTÍFICO.

EL MÉTODO DEDUCTIVO:
Considera que la conclusión se halla implícita dentro las premisas. Esto quiere decir que las conclusiones son una consecuencia necesaria de las premisas: cuando las premisas resultan verdaderas y el razonamiento deductivo tiene validez, no hay forma de que la conclusión no sea verdadera.

Las primeras descripciones del razonamiento deductivo fueron realizadas por filósofos en la Antigua Grecia, Aristóteles. La palabra deducción proviene del verbo deducir, que hace referencia a la extracción de consecuencias a partir de una proposición.
El método deductivo logra inferir algo observado a partir de una ley general. Esto lo diferencia del llamado método inductivo, que se basa en la formulación de leyes partiendo de los hechos que se observan.

Francis Bacon cree que la inducción es preferible a la deducción, ya que permite trasladarse desde particularidades hacia algo general.
Entre los ejemplos que podemos utilizar para entender más exactamente lo que significa el término método deductivo estaría el siguiente: si partimos de la afirmación de que todos los ingleses son puntuales y sabemos que John es inglés, podemos concluir diciendo que, por tanto, John es puntual.

EL MÉTODO INDUCTIVO:

Formulación de leyes partiendo de los hechos que se observan. Se trata del método científico más usual, en el que pueden distinguirse cuatro pasos esenciales:
-la observación de los hechos para su registro
-la clasificación y el estudio de estos hechos
-la derivación inductiva que parte de los hechos y permite llegar a una generalización
-la contrastación.
Esto supone que, tras una primera etapa de observación, análisis y clasificación de los hechos, se logra postular una hipótesis que brinda una solución al problema planteado. Una forma de llevar a cabo el método inductivo es proponer, mediante diversas observaciones de los sucesos u objetos en estado natural, una conclusión que resulte general para todos los eventos de la misma clase.
Este método se caracteriza por:
-el hecho de que al razonar, lo que hace quien lo utiliza, es ir de lo particular a lo general
-se sustenta en una serie de enunciados que son los que le dan sentido. Así, podemos establecer que existen tres tipos diferentes de ellos:
los llamados observacionales que son aquellos que hacen referencia a un hecho que es evidente,
los particulares que están en relación a un hecho muy concreto, y finalmente los universales. Se producen como consecuencia de un proceso de investigación y destacan porque están probados empíricamente.
El razonamiento inductivo puede ser completo (sus conclusiones no brindan más datos que los aportados por las premisas) o incompleto (la conclusión trasciende a los datos aportados por la premisa; a medida que hay más datos, habrá una mayor probabilidad de verdad. La verdad de las premisas, no asegura que la conclusión sea verdadera).


EL MÉTODO HIPOTETICO-DEDUCTIVO:
El método hipotético-deductivo es el procedimiento o camino que sigue el investigador para hacer de su actividad una práctica científica. El método hipotético-deductivo tiene varios pasos esenciales: observación del fenómeno a estudiar, creación de una hipótesis para explicar dicho fenómeno, deducción de consecuencias o proposiciones más elementales que la propia hipótesis, y verificación o comprobación de la verdad de los enunciados deducidos comparándolos con la experiencia. Este método obliga al científico a combinar la reflexión racional o momento racional (la formación de hipótesis y la deducción) con la observación de la realidad o momento empírico (la observación y laverificación). 


viernes, 9 de noviembre de 2012

Los tres primeros minutos del Universo. Steven Weinberg.

El universo comenzó su vida con una explosión que tuvo lugar no en un centro, sino en todas partes; como consecuencia las partículas elementales comenzaron a alejarse unas de otras.
Al cabo de una centésima de segundo -el momento más primitivo del que se puede hablar-, todo estaba a temperaturas extremadamente altas, de unos cien mil millones de grados centígrados: a esta temperaturas las partículas elementales del primitivo universo no podrían estar unidas, sino separadas y en expansión. ¿Cuáles eran esas partículas elementales? El electrón, de carga negativa, era una de las más abundantes, junto con los positrones, que tienen la misma masa pero cargados positivamente. Además de los positrones y electrones había otras partículas como los neutrinos (que carecen de masa). En el universo de una centésima de segundo de antigüedad ya había luz (compuesta, como en la actualidad, por "paquetes de energía" llamados fotones); en el universo primitivo el numero de fotones era más o menos el mismo que el de electrones, positrones y neutrinos.
Los electrones, positrones y neutrinos se formaban a partir de energía pura y tras una corta vida morían. Su número venía determinado por el balance entre el número de partículas creadas y el de aniquiladas.
La densidad de toda esta masa cósmica de cien mil millones de grados era unas cuatro mil millones de veces mayor que el agua.
Hubo a continuación una contaminación de partículas pesadas: los protones y los neutrones. Había un neutrón por cada mil millones de electrones, positrones, neutrinos o fotones.
Conforme la explosión iba continuando, la temperatura iba disminuyendo hasta llegar a una cifra de treinta mil millones de grados centígrados al cabo de una décima de segundo; al minuto la temperatura estaba a diez mil millones de grados y a los catorce segundos, unos tres mil millones de grados. A esta temperatura, los positrones y electrones se aniquilaban más rápido de lo que se tardaban en generarse a partir de los fotones y neutrinos. La energía que se liberaba disminuyó la velocidad a la que se enfriaba el universo... Pero la temperatura siguió disminuyendo hasta llegar a los mil millones de grados al final de los tres primeros minutos.
A estas temperaturas, los protones y neutrones comenzaron a formar núcleos más complejos, como el del hidrógeno pesado, cuyo núcleo sólo está formado por un neutrón y un protón. Aunque la densidad era aun bastante elevada, los núcleos ligeros se pudieron unir al núcleo del helio, que era el núcleo ligero más estable.
Al final de los tres primeros minutos el universo contenía luz,neutrinos y antineutrinos, también había una pequeña cantidad de material nuclear, formado por un 73 por ciento de hidrógenoy un 27 por ciento de helio, y un número pequeño de electrones. La materia se fue volviendo cada vez más fría y menos densa, hasta que fue suficiente para que los electrones se unieran a los núcleos y se formaran átomos de hidrógeno y de helio. El gas resultante formaría agrupamientos que se condensarían para formar galaxias, y estrellas del universo actual...
Al final del libro hablará del final del universo, explicando que puede seguir expandiendose bjaando su temperatura cada vez más y poco a poco enfriandose, vaciandose y agonizando o volver a contraerse destruyendo nuevamentelas galaxias, estrellas, átomos...
El Universo.
EL UNIVERSO SEGÚN LA FILOSOFÍA GRECOMEDIEVAL.

En esta primera etapa griega, el autor más influyente fue Aristóteles. Para Aristóteles el universo es una realidad finita(limitada)en el espacio, tiene un orden(cosmos), permanece siempre estable y está lleno de materia(no existe el vacío).
PUNTOS CLAVE DE SU EXPLICACIÓN:

1- MODELO FINALISTA: (con una finalidad teológico-telos-fin): Aristóteles piensa en la naturaleza como un gran organismo vivo y dentro de ella cada individuo tiene en su interior una finalidad que intenta alcanzar a lo largo de su existencia y condiciona su evolución y desarrollo. Para el modelo finalista que comprende la naturaleza como un gran organismo vivo la biología es su principal modelo de saber.

2- MODELO ESENCIALISTA: (esencia): La explicación de los fenómenos naturales se basa fundamentalmente en las cualidades  (la esencia) del objeto.

3- MODELO GEOCÉNTRICO Y HETEROGÉNEO: Un universo geocéntrico en el que la tierra está en el centro, y heterogéneo porque se distinguen dos partes de materiales muy diferentes cualitativamente: 
MUNDO SUBLUNAR: En esta parte la tierra se halla inmóvil en el centro está formada por 4 elementos básicos (agua,aire,tierra y fuego) combinados entre sí.
MUNDO SUPRA LUNAR: Alrededor de la tierra se mueven siete esferas que alojan a los planetas incluidos el sol,la luna, las estrellas, su material es el éter y su movimiento es circular, eterno y uniforme.

4- MODELO DETERMINISTA: Esta visión de la naturaleza afirma que todo lo que hay y sucede en la naturaleza está de antemano prefijado, condicionado conforme a leyes y establecido.Es un sistema cerrado, por este motivo el comportamiento constante de los fenómenos naturales se puede describir mediente leyes que permiten predecir acontecimientos futuros.
Biografía de científicos / filósofos.
-J.KEPLER.


Johannes Kepler (1571-1630), astrónomo y filósofo alemán, famoso por formular y verificar las tres leyes del movimiento planetario conocidas como leyes de Kepler.
Kepler nació el 27 de diciembre de 1571, en Weil der Stadt, en Württemberg, y estudió teología y clásicas en la Universidad de Tübingen. Allí le influenció un profesor de matemáticas, Michael Maestlin, partidario de la teoría heliocéntrica del movimiento planetario desarrollada en principio por el astrónomo polaco Nicolás Copérnico. Kepler aceptó inmediatamente la teoría copernicana al creer que la simplicidad de su ordenamiento planetario tenía que haber sido el plan de Dios.

En 1594, cuando Kepler dejó Tübingen y marchó a Graz (Austria), elaboró una hipótesis geométrica compleja para explicar las distancias entre las órbitas planetarias —órbitas que se consideraban circulares erróneamente. (Posteriormente, Kepler dedujo que las órbitas de los planetas son elípticas; sin embargo, estos primeros cálculos sólo coinciden en un 5% con la realidad.) Kepler planteó que el Sol ejerce una fuerza que disminuye de forma inversamente proporcional a la distancia e impulsa a los planetas alrededor de sus órbitas. Publicó sus teorías en un tratado titulado Mysterium Cosmographicum en 1596. Esta obra es importante porque presentaba la primera demostración amplia y convincente de las ventajas geométricas de la teoría copernicana.

Kepler fue profesor de astronomía y matemáticas en la Universidad de Graz desde 1594 hasta 1600, cuando se convirtió en ayudante del astrónomo danés Tycho Brahe en su observatorio de Praga. A la muerte de Brahe en 1601, Kepler asumió su cargo como matemático imperial y astrónomo de la corte del emperador Rodolfo II. Una de sus obras más importantes durante este periodo fue Astronomía nova (1609), la gran culminación de sus cuidadosos esfuerzos para calcular la órbita de Marte. Este tratado contiene la exposición de dos de las llamadas leyes de Kepler sobre el movimiento planetario. Según la primera ley, los planetas giran en órbitas elípticas con el Sol en un foco. La segunda, o regla del área, afirma que una línea imaginaria desde el Sol a un planeta recorre áreas iguales de una elipse durante intervalos iguales de tiempo. En otras palabras, un planeta girará con mayor velocidad cuanto más cerca se encuentre del Sol.

En 1612 Kepler se hizo matemático de los estados de la Alta Austria. Mientras vivía en Linz, publicó su Harmonices mundi, Libri (1619), cuya sección final contiene otro descubrimiento sobre el movimiento planetario (tercera ley): la relación del cubo de la distancia media (o promedio) de un planeta al Sol y el cuadrado del periodo de revolución del planeta es una constante y es la misma para todos los planetas.

Hacia la misma época publicó un libro, Epitome astronomiae copernicanae (1618-1621), que reúne todos los descubrimientos de Kepler en un solo tomo. Igualmente importante fue el primer libro de texto de astronomía basado en los principios copernicanos, y durante las tres décadas siguientes tuvo una influencia capital convirtiendo a muchos astrónomos al copernicanismo kepleriano.

La última obra importante aparecida en vida de Kepler fueron las Tablas rudolfinas (1625). Basándose en los datos de Brahe, las nuevas tablas del movimiento planetario reducen los errores medios de la posición real de un planeta de 5 °a 10'. El matemático y físico inglés sir Isaac Newton se basó en las teorías y observaciones de Kepler para formular su ley de la gravitación universal.

Kepler también realizó aportaciones en el campo de la óptica y desarrolló un sistema infinitesimal en matemáticas, que fue un antecesor del cálculo.

Murió el 15 de noviembre de 1630 en Regensburg.

-N. COPÉRNICO.


Copérnico nació en 1473 en Thorn (hoy Toru), un pequeño puerto polaco sobre el río Vístula, cerca del mar Báltico. (Su nombre era Mikolaj Kopernik, que él latinizó como Nicolaus Copernicus.) Cuando tenía diez años, su padre (de profesión comerciante) falleció y su educación quedó a cargo de su tío materno, un importante obispo de Polonia.

Guiado por su tío, recibió una esmerada formación en importantes universidades. En 1491 ingresó en la Universidad de Cracovia. Allí Alberto Brudzewski, afamado matemático y astrónomo, despertó en el joven Nicolás el gusto por estas ciencias. Si bien por consejo de su tío se licenció en Medicina, Nicolás adquirió en Cracovia una sólida formación matemática y descubrió las contradicciones del modelo astronómico ptolemaico. Probablemente haya aprendido también allí el conocimiento del arte de la observación de las estrellas.

Abandonó Cracovia en 1795 e ingresó en la célebre Universidad de Bolonia (Italia), para estudiar Derecho Canónico. Allí permaneció hasta el año 1500, cultivando, junto al Derecho, su pasión por la Astronomía con el Profesor Domenico María Novara (crítico de la geografía de Ptolomeo), en cuya casa se alojaba. En Bolonia Copérnico aprendió griego, lo que le permitiría luego leer los textos originales sobre Astronomía en esa lengua. El 9 de marzo de 1497 realizó una observación que le permitió concluir que la distancia de la Luna a la Tierra no varía en los cuartos y en la fase llena. Esto contradecía lo previsto por Ptolomeo y mostraba el camino de su superación: la asociación del razonamiento y observación.

En 1500 se doctoró en Astronomía en Roma y fue nombrado allí Profesor de la Universidad. Pero sus dudas sobre el modelo de Ptolomeo, que se enseñaban por entonces a los alumnos, lo llevaron a renunciar a la cátedra.

Ingresó, por entonces a la famosa Escuela de Medicina de la Universidad de Padua. En esta ciudad profundizó sus conocimientos de la lengua griega y de la literatura clásica. Copérnico se encontraba inquieto en la búsqueda de una solución a las anomalías mostradas por los modelos ptolemaicos, que ponían en crisis el Postulado de Homogeneidad y Armonía del Cosmos.

En 1503 se licenció en derecho canónico en la Universidad de Ferrara, para luego regresar a Polonia. Habiéndose ordenado sacerdote, vivió hasta 1510 con su tío, ejerciendo la Medicina y colaborando en la administración de la diócesis.

Entre los años 1507 y 1515 fue redactando su primera obra sobre Astronomía, conocida como el Commentariolus. La misma circuló en un principio a través de unas pocas copias manuscritas y fue publicada recién en el siglo XIX. En ella expone ya su concepción heliocéntrica. Sin apelar a demostraciones matemáticas, describe el sistema solar señalando la ubicación de los planetas según su distancia respecto del Sol.

El segundo de sus tres escritos astronómicos es del año 1524 y es una crítica al tratado Del movimiento de la octava esfera de Juan Werner de Nüremberg. Si bien lleva por título De octava sphaera, se lo conoce como "Carta a Wapowski". En esta obra Copérnico se abstiene de presentar su propio modelo heliocéntrico, ateniéndose a señalar los errores de método y contenido de la obra criticada.

En 1515 participó del quinto Concilio Laterano encargado de reformar el calendario. Entre ese año y 1530 redactó su obra principal, Sobre las revoluciones de los cuerpos celestes, pero no la publicó. De todos modos, las noticias sobre sus investigaciones y su teoría se fueron filtrando poco a poco. Fue así que, en 1533, la corte papal sometió a discusión sus descubrimientos. En 1536 el cardenal Nicolás Schonberg (procurador general de los dominicos) le propuso que publicara sus descubrimientos. Finalmente Copérnico publicó su obra en 1543, pocos días antes de su muerte, ocurrida el 24 de mayo en Frauenburg (Polonia).

Copérnico no fue el primero en señalar la centralidad del Sol. A este respecto, basta nombrar a Aristarco de Samos, quien ya en la antigua Grecia enseñaba que la Tierra y todos los demás planetas giraban alrededor del Sol. De todos modos, el modelo que imperaba en su tiempo era el de Claudio Ptolomeo, que afirmaba que la Tierra se hallaba estática y que tanto el Sol como los planetas giraban a su alrededor. Al realizar sus observaciones astronómicas, Copérnico descubrió anomalías en el sistema ptolemaico y comenzó a dudar de sus postulados básicos. En su obra principal dice:  […] cuando un barco navega sin sacudidas, los viajeros ven moverse, a imagen de su movimiento, todas las cosas que les son externas y, a la inversa, creen estar inmóviles con todo lo que está con ellos. Ahora, en lo referente al movimiento de la Tierra, de manera totalmente similar, se cree que es todo el Universo íntegro el que se mueve alrededor de ella […]” Copérnico llegó a la conclusión de que la Tierra se movía, girando sobre sí misma (un giro completo equivalía a un día) y alrededor del sol (un giro completo equivalía a un año). También sostenía que el eje de la Tierra se hallaba inclinado. A su vez, mantenía la concepción tradicional de una esfera exterior donde se encontraban inmóviles las estrellas.

Se debe tener en cuenta que Copérnico realizaba sus observaciones sin contar con el aporte invalorable del telescopio, que por entonces no había sido aún inventado. Para observar los cuerpos celestes, pasaba las noches en la torre de su casa de las montañas. Complementaba estas observaciones con la lectura de las obras antiguas y clásicas y con sus propias anotaciones y cálculos. Si bien éstos últimos no eran del todo precisos, todas sus observaciones respondían a necesidades de orden teórico y se realizaban según un plan preestablecido.

Copérnico sentó las bases de la Astronomía Moderna, que sería desarrollada luego por Galileo, Brahe, Kepler y Newton, entre otros

En su propio siglo contó con pocos seguidores. Era muy criticado —especialmente por miembros de la Iglesia— por afirmar que la Tierra no se hallaba en el centro del Universo. El heliocentrismo demoró en imponerse. En el juicio de 1633, Galileo fue condenado por sostener la tesis copernicana, que quedó prohibida. Sin embargo, algunos jesuitas la estudiaban y enseñaban en secreto. La teoría recibió un nuevo impulso con la formulación de la Ley de Gravedad por parte de Newton, en el siglo XVII, en especial en el norte de Europa. Los pensadores católicos del sur de Europa tardaron un siglo más en reconocer al heliocentrismo su validez. Cabe recordar que, en el siglo XV, el propio Marín Lutero había acusado a Copérnico de ser un necio que quería «poner completamente del revés el Arte de la Astronomía».

-G.BRUNO.
Giordano Bruno (1548 – 1600) nació en el pequeño pueblo de Nola, no lejos del Vesubio. Aunque pasó la mayor parte de su vida en países hostiles y extranjeros, volvió a su hogar al fin de sus viajes y después de haber escrito casi veinte libros.
Cuando tenía trece años comenzó a ir a la escuela en el Monasterio de San Domingo. Era un lugar famoso. Tomás de Aquino, él también un dominico, había vivido y enseñado allí. En pocos años Bruno se hizo sacerdote dominico.
 No pasó mucho tiempo antes de que los monjes de San Domingo comenzaran a aprender algunas cosas sobre el extraordinario entusiasmo de su joven colega. Era franco, abierto y para nada reticente. No pasó mucho antes de meterse en problemas. Era evidente que a este muchacho no se le podía forzar a encajar en la rutina dominica. Una de las primeras cosas que un estudiante debe aprender es dar al maestro las respuestas que el maestro quiere. El maestro promedio es el preservador de los antiguos hitos. Los estudiantes son su audiencia. Aplauden, pero no deben innovar. Deben aprender a trabajar y a esperar. No fue la conducta de Bruno sino sus opiniones lo que lo metió en problemas.
Huyó de la escuela, de su pueblo natal, de su propio país, y trató de encontrar entre extraños y extranjeros un ambiente que congeniara con su integridad intelectual, que no encontraba en su hogar. Es difícil no ponerse sentimental acerca de Bruno. Era un hombre sin patria y, al final, sin iglesia.
 A Bruno le interesaba la naturaleza de las ideas. Aunque el nombre no se había inventado aún, sería perfectamente apropiado nominar a Bruno como epistemólogo, o como un pionero de la semántica. Toma su materia prima de la mente humana.
 Es un hecho interesante que aquí, al cierre del siglo XVI, un hombre, encerrado por todos los lados por la autoridad de la tradición clerical, haga lo que puede considerarse un recorrido filosófico del mundo que la ciencia de la época estaba revelando. Es particularmente interesante porque sólo en el siglo XX se ha vuelto de nuevo popular el hábito de esta clase de especulación. Bruno vivió en un período en que la filosofía se había divorciado de la ciencia. Quizá sería mejor decir que la ciencia se había divorciado de la filosofía. Los científicos se sentían demasiado fascinados por sus nuevos juguetes como para molestarse con la filosofía. Empezaban a ocupar su tiempo con telescopios y microscopios y recipientes de productos químicos.
En 1581 Bruno fue a París y comenzó a dar conferencias sobre filosofía. No era poco común que los académicos vagaran de aquí para allá. Hizo contactos fácilmente y logró interesar a todos los grupos con los que se contactó con el fuego de sus ideas. Su reputación llegó a oídos del rey Enrique III, quien sintió curiosidad acerca de esta nueva atracción filosófica. Enrique III tenía curiosidad por averiguar si el arte de Bruno era el del mago o el del hechicero. Bruno se había hecho una reputación como mago que podía inspirar una mayor retención de memoria. Bruno satisfizo al rey mostrándole que su sistema se basaba en el conocimiento organizado. Él encontró un patrón en Enrique III, lo cual tuvo mucho que ver con el éxito de su corta carrera en París.
Fue alrededor de esta época que una de las primeras obras de Bruno fue publicada, “De Umbras Idearum” (Las Sombras de las Ideas) al cual le siguió prontamente “Ars Memoriae” (El Arte de la Memoria ). En estos libros mantenía que las ideas son sólo sombras de la verdad. La idea era extremadamente novedosa en ese momento. En el mismo año produjo otro libro: "Breve Arquitectura del Arte de Lull" con su "Compleción". Ramón Lull había tratado de probar los dogmas de la iglesia por medio de la razón humana. Bruno niega el valor de tal esfuerzo mental. Señala que el cristianismo es enteramente irracional, que es contrario a la filosofía y que está en desacuerdo con otras religiones. Observa que lo aceptamos por la fe; que la revelación, como se la llama, no tiene base científica.
 En su cuarta obra elige a la hechicera homérica Circe, que convertía a los hombres en bestias, y hace que Circe discuta con su doncella un tipo de error que representa cada bestia. El libro “Cantus Circaeus”  (El encantamiento de Circe) muestra a Bruno trabajando con el principio de asociación de ideas, y cuestionando continuamente el valor de los métodos tradicionales de conocimiento.
En el año 1582, a la edad de 34 años, escribió una obra, “Il Candelaio” (El Candelero). Muestra a un hacedor de velas que trabaja con sebo y grasa y luego tiene que salir a vender su mercancía a los gritos.
Llegó un momento en que la novedad de Bruno se desgastó en Francia, y sintió que era hora de seguir adelante. Fue a Inglaterra a comenzar de nuevo y a encontrar una nueva audiencia. No logró hacer contacto académico con Oxford. Oxford, como otras universidades europeas de la época, rendía reverencia académica a la autoridad de Aristóteles. Mucho se ha escrito sobre cómo la Edad Media fue estrangulada por la mano muerta de Aristóteles. No eran los métodos de Aristóteles ni la mente capaz de Aristóteles lo que se cuestionaba sino la autoridad de Aristóteles. Una cosa debía ser creída porque Aristóteles la había dicho. Era parte del método de Bruno el objetar, a su manera enérgica, a que se lo obligase a uno a tragarse sin protestar ciertas afirmaciones porque Aristóteles las hubiera hecho, cuando eran obviamente diferentes a la experiencia en vivo de los sentidos que la ciencia estaba produciendo.
En su obra " La Cena del Miércoles de Cenizas", la historia de una cena privada con invitados ingleses, Bruno difunde la doctrina copernicana. Se le había ofrecido al mundo una nueva astronomía de la cual la gente se reía porque estaba en desacuerdo con las enseñanzas de Aristóteles. Bruno llevaba adelante una entusiasta propaganda con ánimo de pelea. Entre los años 1582 y 1592 no había apenas ningún maestro en Europa que difundiese persistente, abierta y activamente las nuevas sobre el universo que Copérnico había dibujado, excepto Giordano Bruno. Un poco más tarde, otro personaje aún más famoso iba a hacerse cargo de la tarea: Galileo Galilei.
Galileo nunca conoció a Bruno en persona y no lo menciona en sus obras, aunque debe haber leído algunas de ellas. No podemos culpar a Galileo por ser suficientemente diplomático y evitar la mención de un hereje reconocido. Galileo ha sido criticado con frecuencia porque, ante sus propias dificultades, se inclinó por su seguridad personal. Demandamos mucho de nuestros héroes.
Mientras estaba en Inglaterra, Bruno tuvo una audiencia personal con la reina Isabel. Escribió sobre ella a la manera superlativa de su época, llamándola diva, Monarca Protestante, sagrada, divina, las mismas exactas palabras que usó para Su Muy Cristiana Majestad y Cabeza del Sagrado Imperio Romano. Esto fue usado contra él cuando fue llevado más tarde a juicio como ateo, infiel y hereje. La reina Isabel no tuvo una muy alta opinión de Bruno. Lo vio como salvaje, radical, subversivo y peligroso. Bruno encontró a los ingleses bastante burdos.
Bruno no tenía un lugar seguro en las comunidades religiosas protestantes ni en las católicas romanas. Llevó a cabo su lucha contra terribles obstáculos. Había vivido en Suiza y Francia, y ahora estaba en Inglaterra, y se fue de allí a Alemania. Traducía libros, leía pruebas de imprenta, y reunía grupos y daba conferencias sobre cualquier cosa que surgiera de ellos. No requiere mucha imaginación hacerse la imagen de un hombre que remendaba sus propias ropas, que con frecuencia pasaba frío y hambre e iba desaliñado. Sólo hay unas pocas cosas que sepamos de Bruno con gran certidumbre, y estos hechos son las ideas que dejó atrás en sus libros prácticamente olvidados, la literatura de contrabando de su época. Después de veinte años en el exilio nos lo imaginamos alienado, ansioso de oír el sonido de su propia lengua y de tener la compañía de sus compatriotas. Pero siguió escribiendo libros. En su libro “De Causa, principio et uno” (Sobre la Causa , el Principio y la Unidad) encontramos frases proféticas.
Sus otras obras fueron "El Infinito, el Universo y sus Mundos", "El Transporte de las Almas Intrépidas", y la "Cábala del Garañón como Pegaso con la Adición del Asno de Cilene", una discusión irónica sobre las pretensiones de la superstición. Este "asno", dice Bruno, se lo encuentra en todos lados, no sólo en la iglesia sino en las cortes de ley e incluso en los colegios. En su libro " La Expulsión de la Bestia Triunfante ", ataca la pedantería que encuentra en las culturas católica y protestante. En otro libro, " La Hoja Trifoliada y la Medida de las Tres Ciencias Especulativas y el Principio de Muchas Artes Prácticas", encontramos una discusión sobre un tema que iba a ser tomado en un siglo posterior por el filósofo francés Descartes. El libro fue escrito cinco años antes de que naciera Descartes, y en él se dice: "Aquél a quien le inquiete la filosofía debe ponerse a trabajar poniendo todas las cosas en duda".
También escribió "De la Unidad , la Cantidad y la Forma ", y otra obra "Sobre las Imágenes, Signos e Ideas", como así también "Sobre lo Inmenso e Innumerable", "Exposición de los Treinta Sellos" y "Lista de Términos Metafísicos para Comenzar el Estudio de la Lógica y la Filosofía ". Su título más interesante es "Ciento Sesenta Artículos Dirigidos Contra los Matemáticos y Filósofos de la Época". Una de sus últimas obras, "Las Ataduras de la Especie ", quedó sin terminar.
Es fácil hacerse una impresión de la reputación que Bruno se había creado hacia el año 1582 en las mentes de las autoridades clericales de Europa meridional. Había escrito sobre un universo infinito que no había dejado lugar para aquella otra concepción infinita mayor que se llama Dios. No podía concebir que Dios y la naturaleza pudiesen ser entidades separadas y distintas como lo enseñaba el Génesis, como lo enseñaba la Iglesia , y como lo enseñaba incluso Aristóteles. Predicaba una filosofía que hacía  insignificantes los misterios de la virginidad de María, de la crucifixión y la Misa. Era tan ingenuo que no podía ver sus propios esquemas mentales como si fuesen realmente herejías. Veía a la Biblia como un libro que sólo los ignorantes podían tomar literalmente. Los métodos de la Iglesia eran, para decirlo lo más suavemente posible, desafortunados, y promovían la ignorancia por instinto de autopreservación.
Bruno escribió: "Todo, no importa de qué manera puedan los hombres creerlo seguro y evidente, prueba, cuando se lo trae a discusión, que no es menos dudoso que las creencias extravagantes y absurdas". Acuñó la frase “Libertes philosophica”: El derecho a pensar, a soñar, por decirlo así, a hacer filosofía. Después de 14 años de vagar por Europa, Bruno volvió sus pasos hacia el hogar. Quizá en verdad lo extrañaba. Algunos escritores afirman que fue engañado. Que Bruno volviera a Italia es una paradoja tan extraña como la del resto de su vida.
Fue invitado a Venecia por un hombre joven cuyo nombre era Mocenigo, que le ofreció un hogar y luego levantó cargos contra él ante la Inquisición. El caso se dilató. Fue prisionero en la República de Venecia, pero un poder más grande lo quería, y fue entregado a Roma. Por seis años, entre 1593 y 1600, permaneció en una prisión papal. ¿Fue olvidado, fue torturado? Cualesquiera registros históricos que haya no han sido publicados nunca por las autoridades que los tienen. En el año 1600 un académico alemán, Schoppius, estuvo en Roma por casualidad y escribió sobre Bruno, quien fue interrogado varias veces por el Santo Oficio y condenado por los teólogos jefes. Una vez obtuvo cuarenta días para considerar su posición; enseguida prometió retractarse, pero luego renovó sus "tonterías". Luego consiguió otros cuarenta días para deliberar, pero no hizo más que escandalizar al Papa y a la Inquisición.
Después de dos años bajo la custodia del Inquisidor, fue llevado, el 9 de febrero, al palacio del Gran Inquisidor, para escuchar su sentencia de rodillas, ante los asesores expertos y el gobernador de la ciudad.
 Bruno respondió a la sentencia de muerte por fuego con la amenaza: "Quizá ustedes, mis jueces, pronuncian esta sentencia contra mí con mayor temor que aquél con el que yo la recibo". Se le dieron otros ocho días para ver si se arrepentía. Pero no sirvió de nada. Fue llevado a la hoguera, y mientras moría le fue presentado un crucifijo, pero él lo apartó de sí con feroz desprecio.

-GALILEO GALILEI.
Galileo Galilei nació en Pisa (Italia) el 15 de febrero de 1564.Era hijo de Vincenzo Galilei, natural de Florencia, y Giulia Ammannati, natural de Pescia. Galileo fue el primero de los siete u ocho hijos del matrimonio, lo que le supuso hacerse cargo de sus hermanos pequeños a la muerte de sus padres. En 1574 la familia se traslada a Florencia, y Galileo es enviado al monasterio de Santa Maria di Vallombrosa, quizá con la intención de seguir la carrera religiosa, o para realizar estudios, pero a los pocos meses estaba de nuevo en Florencia. En el ambiente familiar, la profesión de su padre propició que Galileo se educara en un entorno en el que se combinaba la teoría y la práctica de la música, (él mismo tocaba el laúd) actividad que desde la antiguedad se había asociado con el estudio matemático de la armonía. Algunos biógrafos quieren ver en estas circunstancias la causa del posterior interés de Galileo por las matemáticas.

En 1581 se matriculará en la Universidad de Pisa, siguiendo los deseos de su padre de que realizara estudios de Medicina, disciplina en la que uno de sus cercanos antepasados se había ejercitado con éxito. Durante esta primera fase de sus estudios, según Vincenzo Viviani (biógrafo de Galileo), Galileo habría descubierto la isocronía del péndulo, al observar los movimientos de una lámpara en la catedral de Pisa. Pese a continuar sus estudios, Galileo no se siente inclinado hacia la profesión médica, y en 1583 interrumpe sus estudios de medicina, trasladándose a Florencia para dedicarse al estudio de la geometría de Euclides bajo la dirección del matemático de la corte florentina Ostilio Ricci. No obstante, volverá a Pisa, donde tras completar 4 años de estudio de medicina, los abandonará, sin obtener ningún título, trasladándose de nuevo a Florencia en 1585.

En los tres años siguientes Galileo continuará ampliando sus estudios, completando la lectura de los Elementos de Euclides, así como trabajando sobre la resolución de algunos problemas de fílosofía natural (física, diríamos hoy), alejándose de las explicaciones aristotélicas y apoyándose más en Arquímedes (a quien lee y relee sin cesar), al mismo tiempo que imparte clases privadas de matemáticas en Florencia y en Siena. De esta época es su invención de la balanza hidrostática, a la que llamó "bilancetta", siguiendo el Principio de Arquímedes, y buscando un instrumento que permitiera determinar experimentalmente y de forma precisa la diferencia de densidad entre cuerpos sólidos.

En 1587 realiza un viaje a Roma, donde conocerá al jesuita Clavius, el más reputado astrónomo de la época, que impartía sus lecciones en el Colegio Romano (fundado por Ignacio de Loyola en 1551). Aunque Clavius era defensor del sistema ptolomeico, Galileo (que todavía no consta que sea copernicano) mantendrá correspondencia con él en los años sucesivos, recibiendo por correo sus escritos. A su regreso, conseguirá una plaza de auxiliar de matemáticas en la Universidad de Siena y continuará impartiendo clases privadas. En esta época realiza algunos descubrimientos sobre el centro de gravedad de los cuerpos sólidos, siguiendo a Arquimedes. También ayuda a su padre, probablemente, en el establecimiento de las proporciones entre la tensión y el tono de los instrumentos de cuerda. En 1588 obtiene una plaza de auxiliar de matemáticas en la Universidad de Pisa.

Tras intentar obtener una plaza de profesor titular en las universidades de Pisa, Siena y Bolonia, será nombrado, en 1589, profesor de matemáticas en la Universidad de Pisa, puesto en el que permanecerá hasta 1592. De esta época son sus primeros estudios sobre el movimiento, apoyándose en la posición de Arquímedes, quien defendía que la velocidad de caida de los cuerpos era proporcional a su densidad, y no a su peso, como afirmaba Aristóteles. En relación con estos estudios circuló la anécdota de que Galileo realizaba sus experimentos dejando caer objetos desde lo alto de la torre de Pisa, para demostrar sus conclusiones, anécdota que hoy consideran de dudosa autenticidad la mayoría de los historiadores.

En 1592, un año después de la muerte de su padre, obtiene la cátedra de matemáticas en la Universidad de Padua, en la que permanecerá hasta 1610 (año de publicación del "Sidereus Nuncius"), continuando también con la impartición de clases particulares de aritmética, geometría, fortificación, etc. En 1595 ofrece una explicación de las mareas que supone un movimiento anual y otro diario de la Tierra, lo que se considera su primera manifestación de copernicanismo (el sistema astronómico de Ptolomeo afirmaba que la Tierra permanecía inmóvil en el centro del universo).

En 1599, a los 35 años de edad, comenzará su relación amorosa con Marina Gamba, de 21, (a quien conoce en uno de sus frecuentes viajes a Venecia). Marina Gamba se traslada a casa de Galileo para vivir con él, aunque sin casarse. Con ella tendrá dos hijas y un hijo: Virginia (1600), Livia (1601) y Vincenzo (1606). Marina Gamba se casará en 1613 con Giovanni Bartoluzzi, habiéndose hecho ya cargo de sus hijas e hijo Galileo con anterioridad. Posteriormente sus dos hijas ingresarán en un convento, probablemente ante las dificultades económicas de Galileo para garantizarles una dote suficiente para un matrimonio adecuado a su status en la Corte de los Medici. Su hijo, por el contrario, entrará al servicio del Gran Duque de la Toscana.

En estos años de matemático en Padua (hasta 1610) escribirá varios tratados sobre fortificaciones, mecánica y astronomía, para uso de sus alumnos, y continuará su interés por la construcción de instrumentos mecánicos para resolver problemas prácticos, como un termoscopio o termómetro de aire (el primer termómetro conocido), un compás geométrico y una bomba de agua que utilizaba caballos como fuerza motriz (y que patentó en Venecia en 1594). Galileo continúa con sus estudios sobre el movimiento, iniciando sus investigaciones sobre el péndulo, los proyectiles y el movimiento uniformemente acelerado en el plano inclinado, lo que le llevó a la formulación y demostración matemática de las primeras leyes del movimiento, que se encontraban en clara oposición con las teorías aristotélicas sobre el mismo. Continúa también con sus estudios de astronomía, dando tres lecciones en la Universidad de Padua sobre la supernova de 1604 en las que afirmaba (contra la hipótesis de Aristóteles y Ptolomeo de la inmutable esfera de las estrellas fijas) que la nueva estrella se encontraba "detrás de la Luna", por lo que debería admitirse que se producían cambios en los cielos.

En 1609 tiene conocimiento de la existencia de un instrumento, construido por un holandés llamado Lipperhey (aunque otros le disputaron la invención), que permitía aumentar el tamaño de los objetos distantes, y se propone construir el suyo propio, con más aumentos que el original, cosa que consigue (al parecer, más por habilidad que por conocer los principios ópticos del telescopio). Ofrece su telescopio al Senado de Venecia, ante el que causa una gran impresión, viéndose recompensado por el aumento de su salario al doble y la garantía de una plaza vitalicia en la Universidad. Galileo dirige su telescopio hacia las estrellas y planetas, y en diciembre de ese mismo año realiza sus famosos descubrimientos astronómicos (montañas de la Luna, fases de Venus, satélites de Júpiter) que se apresurará a publicar en su obra "Sidereus Nuncius", en marzo de 1610, dedicada a Cosimo II, Gran Duque de la Toscana, siendo recompensado con el nombramiento de Filósofo y Matemático del Gran Duque. En septiembre de 1610 Galileo se trasladará de Padua a Florencia, para hacerse cargo de su nuevo puesto.

Tanto sus estudios sobre el movimiento (física) como sus descubrimientos astronómicos ponen de manifiesto el error de Aristóteles lo que, a su vez, provoca serias preocupaciones entre los aristotélicos (es decir, en los medios eclesiásticos, ya que el aristotelismo era parte de la doctrina filosófica oficial de la Iglesia) y verdadero entusiasmo entre los copernicanos, como Johannes Kepler, quien muestra su público apoyo a las tesis de Galileo, o los miembros de la primera sociedad "científica" de la época, la "Accademia dei Lincei" (fundada en 1603 por Federico Cesi) quienes le admiten en 1611 en sus filas. Desde entonces, las manifestaciones en pro y en contra de las teorías de Galileo no dejan de sucederse, enrareciéndose el ambiente con sus posteriores publicaciones sobre la existencia de manchas solares (1612). Pese a ello, conseguirá mantener todavía el apoyo de algunos eminentes hombres de la Iglesia (como el del Cardenal Barberini, posteriormente Papa Urbano VIII) así como el reconocimiento de la veracidad de sus descubrimientos por parte del jesuita Cardenal Bellarmino (aún discrepando de las interpretaciones de Galileo), y mantener su buena relación con el también jesuita Clavius.

Galileo sigue con sus estudios y observaciones astronómicas, pero en 1614 comienzan los primeros ataques públicos contra la obra de Galileo y de los matemáticos que le apoyan, por parte del dominico Tommaso Caccini en Florencia. Poco después, en 1615, el también dominico Niccolo Lorini presenta una denuncia contra Galileo ante la Inquisición. La discusión sobre si los descubrimientos de Galileo son o no verdaderos y, caso de serlo, si ponen o no en entredicho las Sagradas Escrituras continúa abierta, y se publican algunos trabajos, como el del carmelita Foscarini, en los que se intenta demostrar que el copernicanismo y los descubrimientos de Galileo son compatibles con las Escrituras. El Cardenal Bellarmino le escribe una carta a Foscarini recordándole que el copernicanismo sólo puede ser considerado como una hipótesis matemática, no como una descripción de la realidad.

En diciembre de 1615 Galileo se traslada a Roma, para dar cuenta de sus opiniones ante la Inquisición. En febrero, las autoridades eclesiásticas declaran que la hipótesis de que el Sol está en el centro del Universo es filosóficamente absurda y formalmente herética; y que, así mismo, decir que la Tierra se mueve alrededor del Sol es filosóficamente absurdo y cuando menos erróneo teológicamente. El Cardenal Bellarmino comunica a Galileo la prohibición de defender la teoría copernicana. Posteriormente le comunicará que no ha sido juzgado ni condenado por la Inquisición. Galileo volverá a sus ocupaciones habituales, entre ellas, observar y explicar los nuevos cometas vistos en los cielos, continuando su actividad investigadora y publicando artículos y libros, el más importante de todos, "Il Saggiatore", en 1623, dedicado al Cardenal Barberini, recientemente elegido Papa con el nombre de Urbano VIII, todavía amigo y protector de Galileo. En 1624 Galileo visitará Roma de nuevo, donde mantendrá varias entrevistas con el Papa Urbano VIII, quien le garantiza que podrá escribir sobre el copernicanismo, siempre que lo considere estrictamente como una hipótesis matemática.

En 1632, tras conseguir de forma poco ortodoxa los permisos eclesiásticos oportunos, Galileo publica sus "Diálogos", en los que se ataca abiertamente el aristotelismo y se hace una defensa cerrada de las teorías copernicanas. Uno de los personajes, Simplicio, a quien se presenta como alguien torpe intelectualmente, defiende en la obra algunos argumentos que eran utilizados por el Papa Urbano VIII, por lo que esas coincidencias, según algunos, fueron utilizadas por los próximos a Urbano VIII para enemistarle con Galileo. Ya fuera por esta razón, o por haberse saltado la autoridad papal para conseguir el "imprimatur", o por el cambio de las circunstancias políticas en las que se veía envuelto el Vaticano, lo cierto es que Urbano VIII prohíbe la difusión de los "Diálogos", ordenando que una comisión especial estudie el libro. Siguiendo el dictamen elaborado por dicha comisión, Urbano VIII remite el caso a la Inquisición, que convoca a Galileo a presentarse ante el tribunal en Roma. Galileo solicita que el juicio se celebre en Florencia, dada su edad y su estado de salud. Pero se rechaza su solicitud y debe trasladarse a Roma, bajo la amenaza de que, de no hacerlo voluntariamente, sería detenido y llevado encadenado ante el tribunal.

En febrero de 1633 viaja a Roma, para declarar ante el tribunal de la Inquisición, pero se le permite residir en el palacio del embajador de la Toscana, aunque debe mantenerse aislado. Del 12 al 30 de abril es formalmente interrogado por el tribunal y, tras diversas vicisitudes penosas, abjura de sus errores en una ceremonia oficiada en la iglesia de Santa Maria Sopra Minerva. Posteriormente se le confinará bajo arresto domiciliario en su residencia de Arcetri, cerca de Florencia, donde deberá cumplir su condena. Allí continuará trabajando en su obra "Discursos sobre dos nuevas ciencias", que será publicada finalmente en Leiden, en 1638, por Louis Elsevier.

Su estado de salud empeora progresivamente. En 1634 pide permiso a las autoridades eclesiásticas para ser tratado por los médicos, en Florencia, pero se le deniega el permiso, bajo la advertencia de que, de volver a pedir otro permiso, será encarcelado. Ese mismo año muere su primera hija, Virginia, en un convento cerca de Arcetri, en el que profesaba los hábitos con el nombre de Sor María Celeste, y con la que había mantenido correspondencia regularmente desde 1623. Pese a estas circunstancias y a la pérdida progresiva de visión, Galileo continúa sus actividades. En 1638 pierde totalmente la visión y realiza una petición para que se levante su condena y sea liberado, petición que es denegada, permitiéndosele, no obstante, establecerse en su casa de Florencia, a fin de que pueda ser tratado médicamente de sus dolencias. Pocos años después muere en su villa de Arcetri, el 8 de enero de 1642.